TRINIDAD: CIUDAD DE ENSUEÑO.

Confieso que mi trabajo y los años que tengo, me han permitido conocer prácticamente todo mi País, de San Antonio a Maisí, exceptuando La Isla de la Juventud, la Loma de la Farola, (por donde nunca he pasado) y la Ciudad de Trinidad, esta última ya la borré de la lista porque  la pasada semana estuve allí, gracias a la hospitalidad de dos grandes amigos: Pachi Ruiz y Lía Llorente, integrantes del Dúo Cofradía, a no dudarlo uno de los mejores duetos de la nueva  trova cubana actualmente.

Llegué en una mañana lluviosa acompañado de mi hermano Pablito, y en una esquina de la calle Gutiérrez me esperaba Pachi, un talentoso músico al que la excedida   modestia y sencillez no le permite admitirlo, aunque el propio Silvio Rodríguez haya citado al dúo entre sus preferidos en Cuba.

Escalamos una empedrada calle, como todas las de Trinidad, hasta  su bella morada, La “Casa Cofradía”,  ¡Waooo! una enorme edificación colonial en el centro de la ciudad, que más que un Hostal, se ha convertido en la Casa Cultural de Trinidad, adonde confluyen artistas de todas partes de Cuba y del mundo.

Nos recibió Lía con una amplia sonrisa y aquel perenne carácter alegre que no la abandona nunca, no importa las circunstancias. Rápidamente nos hizo un tur por la casa colonial de 4 habitaciones, grandes salones, patio y escenario para los conciertos, todo decorado al estilo de la época, no solo los muebles, las vajillas y los adornos, sino también los baños y aquella acogedora cocina donde degustamos  un delicioso café Serrano preparado por su hermana.

Lía todo el tiempo descalza hablaba sin parar, porque en breve llegaba un grupo de 25 norteamericanos como parte del programa People and People, con quienes conversó inmediatamente después durante más de media hora en perfecto y fluido inglés, haciéndolos reír a carcajadas con sus ocurrencias, mientras les contaba cómo había sido posible que dos cubanos lograron un negocio como aquel sin abandonar nunca el arte de componer y cantar.

Luego llegó la noche y con ella el paseo por la ciudad acompañado por  Pachi al que se sumó Irán, el fotógrafo que tiene a su cargo el rodaje del documental en producción por los 20 años de Cofradía.

Ciudad bella Trinidad también de noche, con una abundante vida nocturna,  donde a pesar de ser lunes,  todos sus restaurantes, bares y negocios de todo tipo, permanecían llenos, así como sus angostas calles y lindas plazas, en su mayoría ocupadas por turistas de todo el mundo.

El paseo se detuvo en la esquina de un parque para destapar el añejo Havana Club y escoltarlo con recuerdos de Moa, de nuestro tiempo en la Asociación Hermanos Saíz, del ISMM, del Septeto Catarsis, de los conciertos “Tres Veces la trova, de Torva Viva y Las Romerías de Mayo y de tantas vivencias de viejos amigos a los que el alcohol les fractura el sentido del tiempo y les coge las 4 de la madrugada sin apenas percatarse de que un amigo nos fotografiaba, mientras evacuabamos el Havana Club, casi al amanecer.